domingo, 5 de octubre de 2008

Lección de anatomía

En su libro Die Ringe des Saturn (Los anillos de Saturno), el escritor W.G. Sebald se detiene a examinar en las primeras páginas, el famoso cuadro de Rembrandt, La lección de anatomía del Dr. Nicolaas Tulp.



El trabajo fue solicitado por el Gremio de Médicos de Ámsterdam. Estos encargos eran frecuentes y muy bien remunerados en aquel entonces (recordemos La Ronda Nocturna, ese otro famoso lienzo de Rembrandt también realizado bajo pedido de otro gremio). Los notables cirujanos aparecen en ubicaciones cuya importancia dependía no sólo de su rango sino del monto de dinero aportado por cada uno de ellos para la elaboración de la obra. El lienzo de dos metros por un metro y medio, actualmente en el Mauritshuis de La Haya, muestra una autopsia pública celebrada en 1632 en el anfiteatro de anatomía de Ámsterdam. Este tipo de eventos se realizaban una vez al año durante el Invierno, y convocaban una gran cantidad de público que pagaba por asistir, en su mayoría estudiantes de ciencias y curiosos.
Años después, Rembrandt pintaría otro encargo similar, La Lección de Anatomía del Dr. Deijman, lienzo que se destruiría en gran parte durante un incendio en 1723, y del que hoy sólo podemos ver este fragmento:



A diferencia del anterior, en este cuadro, el cadáver está frente al espectador (su posición guarda parecido con la del Cristo yacente de Mantegna) y el procedimiento de disección se realiza conforme a lo que la tradición establecía: se abría primero el tórax y se extraían las visceras y los órganos susceptibles de descomposición y luego se abría el cráneo para hacer lo mismo con la masa encefálica.

Pero volvamos al óleo de 1632. En el centro, elegantemente vestido para la ocasión vemos al Dr. Tulp quien, con la mano derecha sostiene un forceps que jala ligeramente los tendones del brazo del cadáver.








Al igual que en La Ronda Nocturna, Rembrandt parece haber querido deslizar sutilmente un burla al mostrar a los miembros del gremio en una actitud vanidosa, más preocupados por su apariencia y por salir “bien retratados” que por realizar su trabajo profesionalmente .
Siguiendo algunos rastros biográficos de Sir Thomas Browne, Sebald concluye que es muy probable que éste se haya encontrado en el Waagebouw aquella mañana invernal, para presenciar la autopsia. Browne, estaba finalizando sus estudios de medicina en Leiden de donde se graduaría al año siguiente. Como médico, los intereses de Browne discurrieron de manera ambigua por los terrenos del esoterismo. En 1658 escribiría Hydrotaphia, Urn Burial, with and account of some urns found at Brampton in Norfolk, especie de tratado religioso-médico-arqueológico, en el que hace un recuento de los rituales funerarios, la descomposición de los cuerpos y los gases que éstos emanan, todo a través de un enfoque místico.

En ese mismo recinto, junto con Browne y Rembrandt, habría estado presente también René Descartes, por aquel entonces exiliado en Holanda. El país flamenco era una “zona liberada” dentro del asfixiante mapa europeo: la furia de la Inquisición católica, que por entonces prohibía la disección de cadáveres no era capaz de impedir la celebración de estas clases maestras.

Con relación a la Lección de Anatomía del Dr. Tulp, W.G. Sebald señala 3 puntos interesantes en su lectura del cuadro:

1. El brazo y la mano izquierda del cadáver que están diseccionando están invertidos. Al parecer, Rembrandt habría hecho un “copy and paste” de una mano derecha del Atlas de Vesalio (De corporis humani fabrica, L VII). Es inverosímil pensar que Rembrandt se equivocó, la tesis de Sebald es que lo hizo adrede.
2. Es improbable que una disección haya empezado por el brazo y la mano: el procedimiento de autopsia consistía en la apertura del tórax y de la cabeza en primer lugar. Mostrar la disección de la mano, resulta un modo de enfatizar el castigo y la penitencia a aquella parte del cuerpo que había cometido un delito. El cadáver en cuestión era el de Adrian Adrianzsoon, alias Aris Kindt, un delicuente que había sido ahorcado horas antes por asalto a mano armada.
3. La mirada de los cirujanos que asisten a la clase anatomía del Dr. Tulp, no se fijan en el miembro que se está diseccionando, sino que, por el contrario, pasan muy por encima del mismo, para fijarse en la ilustración de un Atlas de Anatomía (probablemente el de Vesalio) que está abierto a los pies de la camilla. Es el inicio de la era racionalista, del hombre-máquina de Descartes. La ciencia prefiere tomar en cuenta sus propias representaciones de la realidad antes que a la realidad misma.

Si lo anterior fuera cierto (la intencionalidad de Rembrandt), entonces la burla estaría incluso en el título: esta "lección" de anatomía es impartida por unos médicos que no son capaces de darse cuenta de un error tan infantil. Y de la burla pasamos a la denuncia:las representaciones científicas del cuerpo y la realidad, distaban mucho del objeto “real”.
La empatía de Rembrandt es hacia el delincuente que yace muerto, no hacia el gremio de notables que le ha comisionado el trabajo. Su afinidad es con el sujeto (la persona) y no con el objeto (el cadáver).

No tenemos noticias de que los médicos que comisionaron este trabajo hayan hecho reclamos u observaciones, por el contrario, la comisión de un nuevo trabajo en 1656 nos hace pensar que quedaron satisfechos y gracias a ello, Rembrandt logró transmitir su versión de los hechos hasta nuestros días. Tan verdadera o tan falaz como los dibujos del Atlas de Vesalio.

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